La creatividad es una parte esencial de nuestros negocios. Pero necesitamos que nuestras pequeñas empresas también lideren la creatividad. Design thinking demanda un pensamiento creativo.

Se pueden establecer ciertas tácticas que a las pequeñas empresas les permitan competir con las grandes compañías y corporaciones en materia de creatividad.

Hay ciertas actividades que las grandes empresas no pueden o les es difícil realizar. Las grandes empresas funcionan más en línea con el concepto de departamentos estancos. Así que normalmente el departamento de marketing comunica con su personal: Product Managers, Soporte a Ventas, Customer Experience entre otros, muchas veces aislados de lo que ocurre en el departamento de ventas. Sin embargo, en una pequeña empresa donde muchas veces se comparten los mismos espacios físicos, de una forma habitual o incluso de manera accidental, el personal escucha los retos, las oportunidades a las que se están enfrentando otros departamentos u otros compañeros.

También se asiste a reuniones en las que los participantes provienen de diferentes departamentos. En estas reuniones se aprende a ofrecer soluciones para situaciones de negocio de departamentos diferentes.

Es cierto que algunos empleados ofrecen soluciones e ideas sobre situaciones de las que no son expertos. Eso realmente, aunque se pueda pensar lo contrario, ayuda muchísimo a abrir el abanico de posibilidades y soluciones mucho más creativas. Y al final siempre queda la sintonía fina que pueden ajustar los expertos.

Recomiendo actuar de esta manera, haciendo participar a diferentes empleados de diferentes áreas, para que puedan compartir experiencias y soluciones creativas en situaciones complicadas, programas de mejora, diseño de producto, rediseño de procesos, mejora de la experiencia de nuestros clientes. Un par de veces al año puede generar grandes sorpresas, especialmente de lo que son capaces de hacer nuestros empleados.

También existe la posibilidad de persuadir a nuestros empleados a pensar sobre las necesidades y posibilidades de mejora de otros departamentos de una manera más habitual.

Claro que, para poderlo conseguir es posible que debamos modificar en parte nuestra cultura corporativa.

¿Por qué?

Para poder conseguir que nuestro equipo sienta la libertad de poder expresar ideas que capturen la atención de los directivos o mandos intermedios de los que jerárquicamente dependan o de otras áreas y poder discutir ideas y preocupaciones es muy importante evitar la reprobación cuando se cometan errores. Todo ello facilitará el que nuestros equipos aumenten su capacidad de aprender.

La posibilidad de poder entablar conversaciones abiertas, transparentes y con conflictos gestionados positivamente ayudarán a los empleados a sentirse más tranquilos, seguros y motivados, ofreciendo soluciones para otras áreas diferentes a las suyas.

 

Poder gestionar la creatividad de esta manera va a ser siempre mucho más sencillo hacerlo en compañías de pequeño tamaño que en grandes empresas. Pero para ello se necesita práctica, perseverancia y una determinante resiliencia que permita obtener los resultados buscados. Ese cambio de cultura ayudará mucho a conseguirlos. Compañías con una cultura mucho más inspiradora, y colaborativa son candidatas a obtener grandes ventajas competitivas frente a los más grandes.

Al final, no dejéis de hablar con vuestros empleados para obtener información directa de ellos en cuanto a cómo ayudarles a ser más creativos. Quizás necesiten más flexibilidad horaria, o un tiempo de retiro con el equipo para trabajar esa creatividad. Escúchales sin juzgarles, seguro que se pueden encontrar productividades y facilitar la generación de nuevas ideas. Pero no lo olvides, necesitas esos tiempos de conversación con ellos. Después de todo, la creatividad no tiene valor si nade la comunica.

 

 

 

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